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¡Bienvenidos a la historia cautivadora de Casa Batlló en Barcelona! En el corazón del Paseo de Gracia, esta joya arquitectónica ha sido testigo de la evolución de la ciudad desde el siglo XIX hasta nuestros días. Sumérgete en la narrativa única de la familia Batlló y descubre cómo Antoni Gaudí transformó un edificio convencional en una obra maestra del modernismo.
En el corazón de Barcelona, donde las calles están impregnadas de historia y la arquitectura es una expresión vívida de la creatividad humana, se alzan dos monumentos que capturan la esencia del modernismo catalán. La Pedrera, también conocida como Casa Milà, y Casa Batlló, son testamentos vivientes del genio de Antoni Gaudí, cuya imaginación sin límites transformó el paisaje urbano de la ciudad a principios del siglo XX.
Casa Batlló se sitúa en el número 43 de Paseo de Gracia, una arteria emblemática que ha experimentado una transformación fascinante a lo largo de los años. En el siglo XIX, la calle se convirtió en un pintoresco paseo peatonal y para coches de caballos. Sin embargo, con el ambicioso Plan Cerdà en 1860, el Paseo de Gracia emergió como el eje principal de Barcelona, atrayendo a las familias más distinguidas de la ciudad.
Imagina el Paseo de Gracia en 1877, cuando la luz eléctrica aún no iluminaba las noches barcelonesas. Fue en ese año cuando Emilio Sala Cortés erigió el edificio original. Sin embargo, el destino de Casa Batlló cambió drásticamente en 1903, cuando D. Josep Batlló, un destacado industrial textil, lo adquirió y confió en la visión visionaria de Antoni Gaudí.
D. Josep Batlló otorgó a Gaudí carta blanca para reinventar la casa, inicialmente destinada a ser demolida. Pero la genialidad de Gaudí prevaleció, y entre 1904 y 1906, Casa Batlló fue sometida a una metamorfosis espectacular. La fachada se transformó por completo, el interior se reconfiguró, el patio de luces se amplió y el edificio se convirtió en una obra de arte funcional, adelantándose a su tiempo.
En la época conocida como la Manzana de la Discordia, Casa Batlló se alzó junto a otras obras maestras modernistas. La Casa Amatller, Casa Lleó Morera, Casa Mulleras y Casa Josefina Bonet compartieron el reconocimiento urbano. La historia de la familia Batlló se entrelazó con la arquitectura modernista, creando un legado que perdura hasta hoy.
La Casa Batlló dejó la familia Batlló en la década de los 50, pasando por varias manos antes de ser adquirida por la familia Bernat en los años 90. Desde entonces, la familia ha restaurado meticulosamente el edificio, devolviéndole su esplendor original.
En 1995, la familia Bernat abrió las puertas de Casa Batlló al mundo, presentando esta obra maestra arquitectónica como un espacio para eventos. A partir de 2002, coincidiendo con el Año Internacional Gaudí, las visitas culturales se sumaron a la oferta, permitiendo a millones de visitantes explorar la magia de Gaudí.
Casa Batlló no solo es un ícono de Barcelona, sino que también ostenta el prestigioso título de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Su preservación y apertura al público han convertido este lugar en una parada obligatoria para los amantes de la arquitectura y el modernismo.
Con más de un millón de visitantes al año, Casa Batlló ha trascendido el tiempo y se ha convertido en un referente cultural y turístico. Su capacidad para innovar en la oferta y contenidos demuestra su relevancia continua en el escenario turístico mundial.
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Sábado y domingo
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